Homenaje a la Misión de Sabios 25 años

Por: César Enrique Sánchez Jaramillo

En cabeza de Carlos Vasco, Rodolfo Llinás, Eduardo Aldana Valdés, Fernando Chaparro y Marco Palacios, la Misión de Sabios recibió  en el Capitolio Nacional un homenaje que les ofreció la Fundación Buinaima, el Foro Permanente por la Educación y la Ciencia para el Desarrollo y la Paz, Fodesep y el Senador Iván Darío Agudelo (el también promotor de la Creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología). El evento también contó con la participación del expresidente César Gaviria Trujillo, quien convocó la Misión original en septiembre de 1993.

El Doctor Carlos Vasco plantea incorporar en el Plan Nacional de desarrollo del actual gobierno las recomendaciones de la Misión de Ciencia Educación y Desarrollo de 1994 y la iniciativa de construir un nuevo Sistema Educativo propuesta por el Plan Nacional Decenal de Educación PNDE 2016 – 2026. También sintetiza las recomendaciones de los sabios para abordar los cambios que requiere el país para reencausarse por el rumbo que trazaron los científicos mencionados, junto a Ángela Restrepo, Eduardo Posada, Rodrigo Gutiérrez y el  Nóbel de Literatura Gabriel García Márquez.

Incorporar la ciencia y la Tecnología a la canasta familiar de los colombianos

Es necesario incorporar la ciencia y la tecnología a la canasta familia, reclamó Vasco, aludiendo a la frase de García Márquez consignada en el informe final de la Misión denominado “Colombia  al filo de la oportunidad”, en el cual también recomendó Rodolfo Llinás cambiar el ethos colombiano hacia una manera ética basada en el modo de proceder de los hombres y mujeres de Ciencia y Tecnología que consiste en tomar decisiones políticas, económicas, sociales familiares y personales con base en los criterios de investigación científica y no en razones políticas, étnicas ni religiosas, pensando en el bien de todas las personas. Del mismo modo, abogó por incorporar en el Plan de desarrollo la recomendación de cambiar el concepto de gasto en educación por inversión en educación.

Hacia un Sistema Educativo colombiano para el siglo XXI

Para lograr el cambio del país, señala Vasco, se requiere la reorganización del sistema educativo, creando una Comisión interministerial dirigida por Presidente de la República y coordinada por el Ministerio de Educación, el Ministerio de Trabajo con el Sena y el Ministerio de Hacienda, con la asesoría de la Misión de sabios (que prometió volver a convocar el Presidente Iván Duque) y del Colegio de academias. Esta Comisión rescata la recomendación de la Misión de crear un Superministerio que coordinara educación y cultura y también fue planteada por el Comisionado Fernando Chaparro.

La Comisión tendrá por tarea reglamentar el macrosistema de educación colombiano con sus subsistemas de educación inicial, educación básica, educación media, educación para el trabajo, educación terciaria y el subsistema de posgrados, articulados con la política de ciencia y tecnología y la participación de las comunidades educativas y científicas para presionar los necesarios cambios constitucionales para hacer efectivo el derecho a la educación en todos los niveles, promovido por el PNDE 2016-2026.

Hacia un nuevo paradigma educativo: enseñar a pensar

Esta propuesta, también consignada en el PNDE, fue defendida con vehemencia por Rodolfo Llinás. El Comisionado señaló de manera categórica que en Colombia la educación que se imparte “es malísima. Se enseña a memorizar y eso no sirve; hay que enseñar a pensar; hay que enseñar en contexto”.

Una institucionalidad que responda a las necesidades del país

Señaló Fernando Chaparro que si bien en 1994 se creó el  Conpes 2739 -el primero para una política de ciencia y tecnología- que comprometía a los gobiernos para incluir las recomendaciones de la Misión de sabios en esta materia en los futuros planes de desarrollo, como por ejemplo invertir hasta el  4 % del PIB en Ciencia y tecnología, lo cierto es que hoy, 25 años después, la inversión apenas supera el 0,4% del PIB.

Esto contrasta con el avance regional que han presentado nuestros vecinos como Brasil y México. Además, en aquel momento, el gobierno, en el marco de introducir la apertura económica, debilitó los institutos descentralizados como el ICA o los desapareció como en el caso del Instituto de Investigación Alimentaria, con el argumento que las tareas de investigación las asumiría mejor el sector productivo, lo cual no ocurrió, concluyó Chaparro.

Un país al alcance de los niños (y de los jóvenes)

La intervención del expresidente César Gaviria se centró en señalar que en las últimas décadas Colombia ha mejorado en todos los aspectos, se ha visto desarrollo económico, tecnológico e inclusión y, en ese contexto, respalda un programa como “Ser pilo paga”. Si bien los sabios reconocieron los avances, que se han dado en  toda la región latinoamericana, también advirtieron que son evidentes que las brechas con respecto a los vecinos y la enorme desigualdad que se vive en Colombia, una de las mayores en el mundo.

Según Eduardo Aldana, la juventud es el sector más crítico. Esto le inspira a la paráfrasis: “Del filo de la oportunidad al borde del abismo”.

En Colombia hay 2 millones de jóvenes entre los 17 – 21 años, que se clasifican coloquialmente como “ninis”: ni estudian ni trabajan.  Menos de 500.000 jóvenes culminan el bachillerato y de ellos, 200.000 ingresan a la educación superior y sólo se gradúan 10000. A eso obedecen las masivas protestas de miles de jóvenes sin fe ni esperanza en la democracia colombiana.

Aldana se ha dedicado en los últimos años a materializar las recomendaciones de la Misión y recoger las de otros actores como organizaciones educativas y empresariales en el Instituto Innovar que ya hoy brinda oportunidades educativas y socio productivas a los jóvenes del municipio de Purificación, con el respaldo de instituciones de educación superior nacionales (Universidad del Tolima y Universidad de Ibagué) e internacionales como el MIT.

La visión de la Misión fue que para 2019 estos institutos de innovación regional funcionaran en todo el país. Esta, al igual que la mayoría de las recomendaciones, están aún lejos de alcanzarse, lo cual contrasta con la lectura optimista del expresidente y nos motiva a buscar caminos alternativos para retomar con renovado ánimo el deseo manifestado por García Márquez en la Proclama que precedió el informe final de los sabios: contar con una carta de navegación “que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante siglos hemos despilfarrado en la depredación y la violencia, y nos abra al fin la segunda oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano Buendía”.


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